La Plaza de Carlos IV se encuentra situada en la ‘Ciudad Nueva’ de Praga. Se caracteriza por tener una zona ajardinada del siglo XIX dividida en tres partes, de norte a sur. Muchos de los edificios que hay alrededor de la plaza pertenecen a la Universidad.
Las estatuas situadas en el centro del parque representan a escritores y científicos, en consonancia con el entorno académico. Destacan así la estatua dedicada a Jan Purkyne, un eminente fisiólogo y pionero de la teoría de las células; y la estatua dedicada a Eliska Krasnohorska, una poetisa del siglo XIX.
La Plaza de Carlos IV es un lugar popular para actividades al aire libre, eventos culturales y sociales. En los meses más cálidos, los locales y visitantes se reúnen en la plaza para relajarse en sus bancos, disfrutar de la fuente central y disfrutar del ambiente animado. La plaza también alberga varios restaurantes, cafeterías y tiendas, lo que la convierte en un lugar ideal para disfrutar de la gastronomía checa y la vida urbana.
Edificios históricos de la Plaza de Carlos IV
En cuanto a los edificios más destacables, al oeste de la plaza encontramos la Universidad Técnica Checa. Se fundó en 1867 en un magnífico edificio neorrenacentista. En la acera de enfrente, cruzando el parque, está la Iglesia de San Ignacio. Es un edificio barroco con una decoración interior realmente llamativa y ostentosa.
Un poco más al sur está el Colegio jesuita, fundado a mediados del siglo XVII pero que adquirió un uso diferente a partir de 1773, convirtiéndose en un hospital. En el límite sur de la plaza está la Casa Fausto, un edificio del siglo XVIII que perteneció al conde Fernando Mladota de Solopysky. Saliendo de la plaza por el sur, a escasos 50 metros, encontraremos el Monasterio Eslavo, del siglo XIV.
Se puede llegar fácilmente desde la plaza de San Wenceslao, en un paseo que apenas dura 10 minutos, aunque también cabe la opción de usar el tranvía o el metro, en la parada Karlovo námestí.