En sus azoteas es posible contemplar esta magnífica ciudad desde un punto de vista diferente. Por ejemplo, es posible acceder a la Torre del Puente de la Ciudad Vieja. Desde su pequeño mirador podremos ver el famoso Puente de Carlos, toda la zona de Malá Strana y su colina. Allí están el imponente Castillo de Praga y la Catedral de San Vito; así como una parte de los edificios circundantes.
Desde las orillas del río Moldava también se pueden obtener magníficas vistas y fotografías de la ciudad. No podemos dejar de visitar Malá Strana y subir a lo más alto de la colina en la que se encuentra el Castillo. Una vez arriba, ya sea desde las escaleras que dan acceso al mismo o desde algunos puntos situados al este de la construcción, es posible divisar Praga a vista de pájaro. Podremos ver las casas pintadas de diferentes colores; el barrio judío; las torres de la Ciudad Vieja; y todos los puentes que atraviesan el río y comunican ambas orillas.
Se trata de una ciudad en la que caminando descubriremos lugares increíbles. Calles llenas de historia, plazas decoradas con gran gusto, museos, parques y cantidad de edificios religiosos; museos de imponente aspecto como el Museo Nacional y un ambiente difícil de respirar en cualquier otra ciudad del mundo.
Praga, la ‘Ciudad dorada’, es una ciudad que no debemos dejar de visitar y disfrutar. Es un lugar donde hay mucho qué ver y mucho que sentir. Un bonito tesoro situado en el centro de Europa. Esperamos que os guste tanto como a nosotros.